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Roma nos muestra los colores de México

Los elaborados detalles en la narrativa del filme hacen que esta película monocromática se vaya coloreando a cada minuto.

OPINIóN

Por Jorge Ayala

Nueva York

En los primeros minutos del nuevo filme de Alfonso Cuaron para Nexflix, el director mexicano nos prepara para una historia pausada, narrada en blanco y negro, mostrándonos la toma del piso de una terraza que se va lavando con agua y jabón, creando un reflejo de una entrada de luz sobre la cual vemos a un avión pasar por el cielo.

Nos encontramos en la Colonia Roma de la Ciudad de México en 1970, a solo 16 kilómetros del aeropuerto capitalino, donde Cleo (Yalitza Aparicio) se encuentra haciendo sus quehaceres matutinos como empleada doméstica de planta para una familia de clase media.

A cada paso de Cleo, el trabajo fotográfico nos va mostrando la belleza de lo cotidiano con tomas y contrastes que nos mantienen a la expectativa de qué veremos en el siguiente corte.

La película comienza a llenarse de vida con la llegada de los integrantes de la familia, la madre, la abuela y los niños que llegan de la escuela, mientras Cleo abre el portón sosteniendo al Borras, el perro de la casa, para que no se escape. Un padre ausente nos da la pauta de la educación, atenciones y cariño que reciben los hijos bajo el cuidado de mujeres, algo común en el México de aquellos tiempos y en los de ahora.

Roma nos muestra infinidad detalles históricos de vestuario y ambientación, muchos de los cuales pasarán desapercibidos para los espectadores no mexicanos y también para los más jóvenes, la presencia del Profesor Zovek en un programa de Raúl Velasco, el sonido del carrito de los camotes asados, el llamado del afilador de cuchillos que ofrece sus servicios desde su bicicleta e infinidad de vendedores ambulantes.

A medida que el drama va tomando forma, los personajes nos envuelven en sus pensamientos, preocupaciones, deseos, gustos y anhelos. La historia de Cleo es la de cientos de trabajadoras domésticas de origen indígena que llegan a las grandes capitales en busca de trabajo, su vida gira en torno a la familia que las emplea y sus actividades cotidianas; lavar, cocinar, limpiar y atender a los niños. Amorosa, honesta, sincera, humilde, pero ante todo inocente, la empleada perfecta para cualquier familia, que solo nos muestra un poco más de si misma y del entorno en el que se desenvuelve al salir de casa en su día libre.

A nuestra protagonista no le sucede nada extraordinario, pero vive rodeada de circunstancias extraordinarias en un país único e inigualable, los elaborados detalles en la narrativa del filme hacen que esta película monocromática se vaya coloreando a cada minuto.

Los estragos de la gente para ser atendida en el IMSS de los 70´s; fumadores en las salas de cine, los restaurantes, hospitales y todo tipo de espacio cerrado; bandas de guerra practicando por las calles; comunidades marginadas a las afueras de la ciudad que viven entre calles de lodo pero reciben con algarabía eventos de propaganda política, son solo algunas de las circunstancias que envuelven la vida de Cleo.

Sin duda uno de los momentos más impactantes de filme es la recreación del Halconazo o Jueves de Corpus Cristi, una oscura página en la historia mexicana, una represión brutal y sangrienta de un movimiento de estudiantes mexicanos bajo la administración del entonces presidente Luis Echeverría Álvarez.

El recorte presupuestal del gobierno a la Universidad Autónoma de Nuevo León era la causa principal de las manifestaciones de los estudiantes de la Ciudad de México, entre otros asuntos como consecuencia de la terrible matanza del 2 de octubre de 1968 en la Plaza de las tres culturas en Tlatelolco, con Gustavo Díaz Ordaz como presidente de México.

Es curioso que ningún dato historico sobre las manifestaciones estudiantiles fue mencionado en el filme de manera literal, ni siquiera los personajes hacen comentarios al respecto; sin embargo el impacto visual es impresionante; nos arrastra a una ola de intensas emociones al entrar en contacto con nuestra Cleo, que al momentos de esas escenas ya se habrá robado el corazón de los espectadores.

Si les dijera más arruinaría su experiencia personal, no me queda más que invitarlos a ver esta obra maestra que tuve la fortuna de disfrutar en pantalla grande sentado en una butaca del IFC Center en la ciudad de Nueva York, sede de uno de los pre estrenos del filme, a la par con Los Angeles y Ciudad de México, previo a su lanzamiento digital a nivel mundial el 14 de diciembre.

Mucho se ha hablado de la actuación Yalitza Aparicio, de los premios obtenidos en festivales internacionales y la experiencia personal que Alfonso Cuarón imprimió en el filme; por lo cual decidí compartirles únicamente mi experiencia como periodista mexicano residente de la ciudad de Nueva York, por lo que describiría a Roma como una película en blanco y negro llena de colores.

 

Por Jorge Ayala

Nueva York

29 de Noviembre de 2018

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