¿Y por qué no estar orgulloso?
En pleno confinamiento e iniciando junio, un mes importante para la comunidad LGBT, he visto publicaciones de algunos conocidos que critican el hecho de sentir “orgulloso de ser gay”; recordemos que cada 28 de junio celebramos el Día Internacional del Orgullo y durante 4 semanas se llevan a cabo diferentes actividades en el marco del festejo como conferencias, talleres, muestras de cine, concluyendo con marchas de la comunidad en todo el mundo.

En realidad no entiendo en qué le afecta a las personas que uno celebre y sienta orgullo de ser uno mismo, ¿acaso no la mayoría de la gente siente orgullo por algo? ¿Por sus hijos, padres, un equipo de fútbol, un artista, un activista, tener más seguidores en Instagram o de qué haya concluido una carrera o logrado un puesto en alguna empresa? Creo que todos nos sentimos orgullosos de algo.
Así nosotros, nos sentimos orgullosos de ser gays porque no es fácil de aceptar una orientación o género que va “contra lo establecido”, y no es que nos hagamos a las víctimas, sino que pasamos por un ciclo con la familia, con los amigos, con la religión, con la sociedad, con los que hacen bullying, y si no nos va mal y sobrevivimos a todo ello, “respiramos y sentimos que por fin llegamos a la meta de la aceptación”.
Y aunque digo que “respiramos”, todos los días seguimos batallando contra los prejuicios, ignorancia y discriminación de las personas. No falta un día que no escuchemos que los homosexuales somos unos enfermos o pedófilos, oír la famosa frase te respeto pero no beses o agarres a tu pareja en público, de que no podemos casarnos, que no deberíamos tener hijos, que nos iremos al infierno, que no podemos donar sangre, además de seguir siendo objeto de bromas y chistes.
Después de todo esto y mucho más, ¡claro que deberíamos sentirnos orgullosos! no solo por ser gays, sino de vivir, aceptarse y como dijo Oscar Wilde “amarse a sí mismo es el comienzo de una aventura que dura toda la vida”. Feliz mes del Orgullo!